Ves
a la gente sonreír, pasar a tu lado sin mirarte, mientras tú te sientes
invisible a los ojos de todos. Has escuchado tantas veces deberías superarlo,
ya han pasado años. Pero como se hace eso. Como se hace para que una herida tan
profunda vuelva a sanar. Aquella herida que has tenido escondida durante 20
años. Y cuando hablas de ello tienes que soportar escuchar suspiros, como si ya
les agobiaras, como si volver a hablar de ello les dañara, como si les cansara
escucharte.
Pero
luego está la otra parte la que te dice, deberías hablarlo, deberías tratarlo,
tienes tantas cosas por las que sentirte orgullosa. Pero tú lo único que
quieres es gritarles, no quiero hablar, por que hablar significa dolor, que se
hace realidad, aquello que tanto temes, que los monstros de debajo de la cama
vuelven a salir, que aquel hombre vuelve a estar en tu habitación.
Abusaron
de mi varias veces. La primera vez no me acuerdo tendría unos 2 o 3 años. Era
el padre de mi mejor amiga de entonces, el cual abuso de mi hasta que tuve unos
8 años que es cuando se volvieron a ir a Alemania. Los episodios se repetían
cada vez que venían de vacaciones o yo iba a su casa. Sé que me violo, varias
veces, pero no me acuerdo casi. Solo de la sensación, de su olor que aun hoy en
día me da nauseas, una mezcla de tabaco de pipa y vino. Al no recordarlo a
veces me creo la ilusión de que no fue real, que solo es mi imaginación
macabra. A los 14 años me violo un tío
en las fiestas de mi pueblo, me dejo embarazada, por suerte tuve un aborto
natural a los pocos meses, nunca se lo conté a nadie. De los 16 a los 18 sufrí abusos reiterados de
un hombre de una asociación en la que estaba de voluntaria. Aun me pregunto por
qué no deje de ir, pero no tengo una respuesta a ello. Creo que fue la
incapacidad de decir que no, la sensación de que yo me lo merecía, de que no
valía para nada mas estaba siempre presente, y hay días que aun lo está. No sé
si otro hombre viniera a buscar de mi sería capaz de pararle, no sé si le diría
que no. No soy capaz de poner límites, no sé decir NO. Me da miedo, siento que
si lo digo el dolor será peor.
Solo
sé que sigo queriendo meterme dentro de ese refugio que me cree a mi alrededor
para dejar de sentir, pero aquí estoy no sé ni que escribo. Estoy estudiando Psicología
y sé que debo hablarlo, se que debo tratarlo pero en vez de eso he dejado la
terapia, porque me da terror mirar a mis mounstros de frente.
Realmente
lo olvide todo, hasta que hace pocos años poco a poco los recuerdos encontraron
resquicios a mi alrededor para invadir mi mente, sin que yo comprendiera. Es
verdad que siempre me sentí extraña, como si mi ser no estuviera completo.
Sentía que no valía nada, que no merecía ser querida.
Mi
primer recuerdo fue de que cuando era pequeña jugaba a hacerme daño a mí misma,
no entendía por qué lo hacía, empecé averiguar el por qué en mis recuerdos, y
vi su cara, vi a un hombre diciéndome “iré a tu pueblo y me casare contigo”, me
asuste de mi propio recuerdo y cerré la ventanita que había abierto. Y cree una
nueva imagen donde mi madre venia y me sacaba de allí diciendo que no quería
que ese hombre se acercara a mí, pero sé que eso no paso, se que el padre de mi
amiga me “presto” a ese hombre.
Escucho
el “eres fuerte”, “eres una
superviviente”, pero mi pregunta es ¿y que debía hacer?, me enseñaron caminar siempre
a no pararme.
Mis
padres no saben nada de esto, nunca se lo he dicho, y tengo la sensación de que
tantos años después ya no debería decírselo, ¿para qué? Creo que solo les haría
daño. Escucho por muchas partes que mis padres deberían saberlo, pero no quiero
decírselo, y creo que eso es mi elección no de nadie más. Pero mis padres son
buenos padres y no dejare nunca a nadie decir lo contrario. No lo sabían a
pesar de que ese hombre me dijera que si lo sabían, que ellos querían que el lo
hiciera, para castigarme por no ser buena.
No
paro de sentir la increíble necesidad de romper a llorar, pero no me lo
permito, no me lo he permitido nunca, no dejo que mi dolor atraviese esa
barrera. Creo que cree tal coraza que nunca dejo que el dolor se valla ni
tocarme se queda hay estancado entre mi mente y mi ser.
Debería
haber aprendido con todo esto que no todos son buenos, pero hasta otro golpe
con un caso de bullying no aprendí a aceptar que mi instinto me quería
proteger. A veces me pregunto si no soy yo quien persigo a gente que me va a
dañar, si no soy yo quien lo busco.
Hoy
en día tengo un gran apoyo a mí alrededor, pero aun así a veces me siento fuera
de lugar, como si estuviera dentro de una burbuja de cristal donde no pueden
alcanzarme, y me alejo de ellas aun que estén sentadas a mi lado.
Cuando
sacan el TEMA me asusto, me duele la cabeza, hiper ventilo, y me entra sueño.
Si sueño es una defensa que me cree desde pequeña cuando algo me dolía.
Llevo
tiempo sin poder dormir bien, tengo temporadas en las que duermo y descanso,
pero son pocas. Ahora llevo días sin dormir bien a las noches me asaltan
pesadillas, y aun que no las recuerdo me queda la cesación además de que me
despierto como si me hubieran dado una paliza, y enredada en mis sabanas. Pero
aun así me paso el día queriendo dormir para no pensar, para huir.
Nunca
pensé que terminaría escribiendo como me siento, y menos publicándolo. Pero es
como si me quitara parte de esa mochila de piedras que llevo encima.
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